El Profeta aquí presenta a Dios como el orador; y él habla para dar una respuesta a su oración. Luego, Dios promete que será maravilloso en sus obras y dará tales evidencias de su poder, como lo demostró cuando sacó a su pueblo de la tierra de Egipto. Ahora vemos que hay más fuerza en este pasaje, que si el Profeta hubiera dicho al principio, que Dios se convertiría en el libertador de su pueblo: porque interpuso súplica y oración y Dios ahora muestra que será misericordioso con su pueblo; y al mismo tiempo se recuerda a los fieles que deben ser instantáneos en la oración, si desean ser preservados por Dios.

Ahora Dios dice que mostrará cosas maravillosas, como cuando la gente salía de Egipto. (197) Esa redención, sabemos, fue un monumento perpetuo del poder de Dios en la preservación de su Iglesia; de modo que cada vez que se propone dar alguna esperanza de liberación, les recuerda a los fieles de esos milagros que pueden sentirse seguros de que no habrá obstáculos para evitar que continúen en un estado de seguridad, siempre que Dios esté encantado de ayudarlos, porque su poder no disminuye.

Y esto merece ser notado; porque aunque todos permitimos la omnipotencia de Dios, sin embargo, cuando luchamos con las pruebas, temblamos, como si todas las vías para nuestra preservación se hubieran cerrado contra Dios. Tan pronto como se nos presente algún impedimento, creemos que no hay esperanza. ¿De dónde es esto? Es porque no tenemos en cuenta el poder de Dios, que sin embargo confesamos que es mayor que el del mundo entero.

Esta es la razón por la cual Dios ahora se refiere a los milagros que hizo al salir del pueblo. Deberían haber sabido, que Dios siempre continúa como él, y que su poder sigue siendo tan perfecto como lo era antes; y hay en él suficiente apoyo para alentar la esperanza de asistencia. Ahora percibimos el objeto del Profeta. Él realmente cambia a las personas; porque al principio se dirige a la gente, de acuerdo con los días de tu salida, y luego agrega, אראני, aranu, 'lo haré ver;' pero este cambio no oculta el lo que significa, para Dios solo significa, que su poder era suficientemente conocido anteriormente por su pueblo, y que había una prueba memorable de ello en su redención, de modo que la gente no podría haber dudado en respetar su seguridad, sin ser desagradecido con Dios, y sin enterrar en el olvido ese beneficio tan memorable, que Dios una vez confirió a sus padres. Sigue -

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