4 Por mi amor se han opuesto a mí (296) El salmista tenía ya solemnemente declarado, que sus adversarios, no provocados por ninguna herida que les haya infligido, y sin ninguna causa justa, se convirtieron, por simple ira diabólica, en sus enemigos más implacables. Aquí confirma la verdad de esa declaración diciendo que había sido su amigo. Porque hay mucho más mérito en mostrar bondad a un enemigo que simplemente abstenerse de hacer lo que es malo. Y de esto podemos percibir, que la influencia de Satanás debe ser terriblemente poderosa cuando toma cautivos los corazones de los hombres a su voluntad. Porque nada puede ser más antinatural que odiar y perseguir cruelmente a quienes nos aman. Al amar también agrega obras de bondad, lo que significa que su objetivo era asegurar su buena voluntad mediante actos externos de beneficencia.

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