8. La salvación pertenece al Señor. Debido a que ל es usado a veces por los hebreos para מך Min, algunos no traducen incorrectamente esta cláusula, la salvación es del Señor. Sin embargo, considero que el significado natural y obvio es simplemente esto, que la salvación o la liberación están solo en manos de Dios. Con estas palabras, David no solo reclama el oficio y la alabanza de ahorrar solo para Dios, oponiéndose tácitamente su poder a toda la ayuda humana; pero también declara que, aunque mil muertes se ciernen sobre su pueblo, esto no puede hacer que Dios no pueda salvarlos, o evitar que envíe rápidamente sin ningún esfuerzo, la liberación que siempre puede impartir. Al final del salmo, David afirma que esto fue garantizado, no tanto para él como individuo, sino para todo el pueblo, para que la Iglesia universal, cuyo bienestar dependía de la seguridad y la prosperidad de su reino, pudiera ser preservada de destrucción. David, por lo tanto, reconoce que la dispersión de esta malvada conspiración se debió al cuidado que Dios tenía sobre la seguridad de su Iglesia. De este pasaje aprendemos que la Iglesia siempre será liberada de las calamidades que le sobrevienen, porque Dios, que puede salvarla, nunca le retirará su gracia y bendición.

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