La acumulación de términos que ocurre en el siguiente verso, en el cual él pone una restricción como con una brida sobre la ira, alivia la ira y alivia la pasión, no es superfluo; pero, como es necesario, prescribe numerosos remedios para una enfermedad que es difícil de curar. Por este medio, nos recuerda con qué facilidad nos provocan y qué tan listos estamos para ofendernos, a menos que impongamos una restricción poderosa sobre nuestras pasiones tumultuosas y las mantengamos bajo control. Y aunque los fieles no pueden someter los deseos de la carne sin muchos problemas y trabajo, mientras que la prosperidad de los malvados excita su impaciencia, esta repetición nos enseña que debemos luchar incesantemente contra ellos; porque si perseveramos constantemente, sabemos que nuestros esfuerzos no serán en vano al final. Me diferencia de otros comentaristas en la exposición de la última cláusula. Lo traducen, al menos para hacer el mal; como si David quisiera decir que deberíamos apaciguar nuestra ira para que no nos lleve a hacer travesuras. Pero como la partícula אך, ach, que traducen al menos, a menudo se usa afirmativamente en hebreo, no tengo dudas de que David aquí enseña, que no puede ser de otra manera que la ofensa que tomamos en la prosperidad de los malvados debería llevarnos al pecado, a menos que lo revisemos rápidamente; como se dice en otro salmo,

"Dios romperá las cuerdas de los impíos, para que los justos no extiendan sus manos a la iniquidad" (Salmo 125:3).

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