11 El monte Sión se regocijará El salmista ahora concluye su exhortación al regocijo, diciéndonos que Jerusalén y las otras ciudades de Judea tendrán motivos para elogiar la justicia de Dios, (202) porque descubrieron por experiencia indudable que él era el protector de su bienestar. Él hace uso de la palabra juicio, porque Dios, quien asumió la causa de su Iglesia, mostró abiertamente que él era el enemigo de sus opresores, y que reprimiría su presunción y audacia.

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