18. Recuerda esto. El profeta habiendo alentado los corazones de los piadosos al magnificar el poder divino y la bondad, ahora regresa a la persecución de su oración. Primero se queja de que los enemigos de su pueblo repugnan a Dios y, sin embargo, continúan impunes. Cuando dice: Recuerda esto, la forma de expresión es enfática; y la ocasión lo exigía, porque no es un delito de pequeña magnitud tratar con contínuo el sagrado nombre de Dios. En aras del contraste, declara que fue un pueblo sin valor o tonto el que presumió insolentemente desatar sus reproches contra Dios. La palabra hebrea נבל, nabal, denota no solo un hombre tonto, sino también una persona malvada e infame. El profeta, por lo tanto, describe con justicia a los despreciadores de Dios como personas que son viles y sin valor.

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