17. Has fijado (241) todos los límites de la tierra. Lo que se dice aquí con respecto a los límites o límites asignados a la tierra, y con respecto a la repetición regular y sucesiva de verano e invierno cada año, tiene el mismo efecto que el versículo anterior. Es dudoso si el profeta se refiere a los extremos del mundo, o si habla de los límites particulares por los cuales los países están separados unos de otros. Aunque estos últimos a menudo se ven perturbados por la violencia de los hombres, cuya insaciable codicia y ambición no puede ser restringida por ninguna de las líneas de demarcación que existen en el mundo, sino que siempre se esfuerzan por romperlas; (242) sin embargo, Dios manifiesta su singular bondad al asignar a cada nación su propio territorio en el que detenerse. Sin embargo, soy más bien de opinión, que la cláusula debe entenderse de esos límites que no pueden confundirse a voluntad de los hombres, y considerar el significado, que Dios ha asignado a los hombres tanto espacio de la tierra como él tiene visto que es suficiente para que se detengan. Además, las sucesiones bien reguladas de verano e invierno indican claramente con qué cuidado y benignidad Dios ha provisto para las necesidades de la familia humana. A partir de esto, el profeta concluye justamente que nada es más improbable que Dios deba descuidar el papel de un padre hacia su propio rebaño y su hogar.

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