28. Y mantendré mi misericordia con él para siempre. Vemos cómo Dios repite con frecuencia, que él había establecido el reino de David con el expreso diseño de establecerlo para siempre. Al colocar su misericordia primero en orden, y luego agregar su pacto, señala la causa de este pacto, insinuando en una palabra, que es gratuito y que su gracia no es solo el fundamento sobre el que descansa, sino también el por eso se conserva inviolable. La cantidad es que Dios siempre será misericordioso con David, para que su pacto nunca falle. De esto se deduce que su inviolabilidad depende del mero placer de Dios. En el siguiente verso, Dios expresa el efecto de su verdad, declarando que la posteridad de David se sentará para siempre en el trono real. No habiendo nada bajo el cielo de larga duración, los días del cielo es una expresión empleada para denotar la duración eterna. De donde se deduce, que esta profecía no puede tener su pleno cumplimiento hasta que lleguemos a Cristo, en quien solo, en el sentido estricto y apropiado, se encuentra esta duración eterna.

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