Confirma la misma predicción: que aunque los judíos eran como pedazos rotos, todavía tenían que albergar la esperanza de su regreso y futura restauración, ya que Dios podía reunirlos de las partes más remotas cada vez que extendía su mano. Luego nombra a Egipto y Asiria, para que los judíos puedan saber que las redenciones aquí prometidas están igualmente abiertas para todos, sin importar cuán separadas estén. Aunque Egipto no estaba muy lejos de Asiria, sin embargo, los que habían huido a Egipto eran considerados con más aversión que el resto, que habían sido forzados a exiliarse; porque Dios había pronunciado una maldición sobre la huida de aquellos que buscaron refugio en Egipto. Desde entonces fueron odiados por los demás, y como existía una discordia hostil entre ellos, el Profeta dice que la reunión de la que habla pertenecería a ambos. (127)

Luego agrega, que tal sería el número de hombres, que no habría lugar para ellos; porque así deben entenderse estas palabras, no se hallarán para ellos; es decir, "cubrirán toda la tierra", según lo que hemos observado en otros lugares. Se dice en Isaías, "Secede de mí", no que los fieles, cuando Dios aumente su Iglesia, se molesten unos a otros, o deseen alejar a sus hermanos; pero por este modo de hablar, Isaías significa que la Iglesia estará llena de tantos hombres que se presionarán unos a otros. Así también ahora dice Zacarías, que la cantidad de personas será tan grande, que el lugar será apenas lo suficientemente grande para una multitud tan vasta. Sigue -

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