El Cristo y la cruz ( Mateo 16:13-28 ; Marco 8:27 a Marco 9:1 ). En este punto se produce una gran brecha en la narración de Lc. en comparación con las de Mt.

y Mc., todo entre Mateo 14:22 ; Mateo 16:12 y entre Marco 6:45 ; Se omite Marco 8:27

Se han sugerido varias explicaciones de la omisión: accidente (Meyer, Godet), no en la copia de Mc. usado por Lc. (Reuss), error del ojo, pasar de la segunda alimentación como si fuera la primera (Beyschlag). Estas y otras explicaciones implican que la omisión no fue intencional. Pero en contra de esta hipótesis está el hecho de que los bordes de los lados opuestos de la brecha se juntan en Lc.

la narración de Lucas 9:18 : Jesús solo orando , como en Mateo 14:23 ; Marco 6:45-46 , pero los discípulos están con Él aunque solos (κατὰ μόνας συνῆσαν α.

οἱ μαθηταί), y procede a interrogarlos. Esto plantea la cuestión de los motivos de la omisión intencional, que pueden haber sido tales como: evitación de duplicados sin nueva lección (segunda alimentación), materia antifarisaica muy restringida en todo (lavado ceremonial), particularismo judío no adecuado en un Evangelio gentil, ni siquiera la apariencia del mismo (mujer sirofenicia).

κατὰ μόνας, la escena permanece sin cambios en Lc. el de la alimentación de los 5000. No hay rastro en este Evangelio de Cesarea de Filipo, o de hecho del gran viaje (o viajes) hacia el norte tan prominentemente reconocido en Mc., cuyo objetivo era alejarse de las multitudes y obtener tiempo libre para relaciones con los Doce en vista de la inminente crisis fatal. Esta omisión difícilmente puede ser sin intención.

Si Lc. conocía el Evangelio de Marcos o no, un investigador tan cuidadoso e interesado difícilmente puede haber ignorado esa excursión al norte. Es posible que lo haya omitido porque no era rico en incidentes, a favor del viaje samaritano del que tenía mucho que contar. Pero la verdadera razón de ser del viaje era la esperanza de que pudiera ser tranquilo, dando tiempo libre para relacionarse con los Doce.

Pero esta comunión privada de Jesús con sus discípulos con miras a su instrucción es solo una de las cosas a las que no se hace justicia en este Evangelio. No se enfatiza su necesidad de instrucción. De la narración de Lc. uno nunca adivinaría la importancia crítica de la conversación en Cesarea de Filipo, ya sea en cuanto a la confesión de Pedro o el anuncio de Jesús de la pasión venidera.

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