ἀγαθὸν ποιῆσαι ἢ κακοποιῆσαι, ya sea: hacer el bien o el mal a uno, o hacer el bien o el mal moralmente. Los comentaristas recientes favorecen este último como esencial para la contundencia del argumento de Cristo. Pero el primero parece más acorde con la situación. Se trataba de realizar un acto de curación. Cristo asume que lo éticamente bueno coincide con lo humano (sábado hecho para el hombre).

Ahí radica esencialmente la diferencia entre Él y los fariseos, en cuya teoría y práctica el deber religioso y la benevolencia, lo divino y lo humano, estaban divorciados. Hacer el bien o hacer el mal, estas son las únicas alternativas: omitir hacer el bien en tu poder es hacer el mal; no salvar la vida cuando se puede es destruirla. ἐσιώπων, estaban en silencio, malhumorados, pero también en pura impotencia.

¿Qué podrían responder a una pregunta que miraba el tema desde un punto de vista totalmente diferente, el ético, al legal al que estaban acostumbrados? No había nada en común entre ellos y Jesús.

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