γυναῖκες, las mujeres , más audaces que los hombres, aman echando fuera el miedo. Lc. asocia con ellos a otros llamados οἱ γνωστοὶ αὐτῷ, Su conocido, que podría incluir a los discípulos. Aunque huyeron aterrorizados, es posible que se hayan reunido y regresado para ver el final, ya sea junto con las mujeres o mezclados con la multitud, y así se han vuelto calificados para presenciar lo que sucedió.

No es un argumento en contra de esto que no se haga mención de ellos en las narraciones. No es parte del plan de los evangelistas indicar las fuentes de su información. Las mujeres no se mencionan con este propósito, sino porque tienen un papel que desempeñar en la secuela. Si hubieran sido presentados como testigos, no habría quedado tan claro que estaban "lejos" (ἀπὸ μακρόθεν).

De la misma manera, se dice que Pedro siguió a su Maestro a la sala del juicio, no porque pueda estar disponible como testigo, sino porque hay una historia de negación que relatar acerca de él. πολλαὶ, muchos , un tributo a la impresión que dejó en los corazones femeninos el ministerio galileo; porque de Galilea venían, como dice la cláusula siguiente (αἵτινες, etc., definiéndolas como mujeres que lo conocieron bien, lo amaron entrañablemente y lo sirvieron con devoción).

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