Hubo, pues, otra vez una división entre los judíos a causa de estos discursos. 20. Muchos de ellos decían: Está poseído por un demonio, y está loco; ¿por qué lo escuchas? 21. Otros decían: Estos no son los discursos de un poseído; ¿Puede un demonio abrir los ojos de un ciego?

Siempre el mismo resultado; una división, que constituye el preludio de la elección final; borrador Juan 7:12 ; Juan 7:30-31 ; Juan 7:40-41 ; Juan 9:8-9 ; Juan 9:16 .

La palabra πάλιν, nuevamente , despierta la atención del lector a la constante repetición de este resultado. Las palabras: ¿Por qué le escuchas? mostrar con qué inquietud la parte decididamente hostil observaba la impresión favorable que producían los discursos de Jesús en los que estaban mejor dispuestos. La respuesta de estos últimos ( Juan 10:21 ) contiene dos argumentos en yuxtaposición.

La primera es la simple confesión de su impresión: el discurso de Jesús no les parece el de un loco. Pero enseguida parecen avergonzarse de esta confesión y se repliegan tras otro argumento menos comprometedor: el hecho patente de la curación del ciego. El segundo argumento podría estar conectado con el primero por un Y además.

Así continuamente, más y más, las ovejas de Jesús en el vasto recinto de la teocracia se separan de la masa del rebaño; y para el tema: Yo y tú , que fue el del cap. 8 es sustituido cada vez más por aquel tema que ha de resumir la nueva situación: yo y lo mío.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad

Antiguo Testamento

Nuevo Testamento