Un levita que había estado viviendo en Belén salió en busca de un nuevo lugar para vivir y llegó a la casa de Micaía. Miqueas le ofreció pagarle diez siclos de plata al año junto con un traje de vestir y alimentos para servir en su casa de Dios. Cuando accedió a aceptar, Miqueas estaba feliz porque creía que el Señor ahora lo haría prosperar (17:7-13).

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Antiguo Testamento