11 La bondad fraternal manifestada en el servicio de los santos es elogiada varias veces en esta epístola (Heb_10:34, Heb_13:1), y será recompensada de acuerdo con la promesa de Mat_10:40-42.

12 "Mediante la fe y la paciencia" las promesas pueden ser disfrutadas incluso por aquellos que en realidad son extraños y expatriados en la tierra.

13 Que no todos deben apostatar es evidente por el juramento de Dios a Abraham. Esta verdad se ofrece como un incentivo a los que aún permanecen fieles, para perseverar hasta la consumación. Sólo así quedó asegurada la salvación del santo pentecostal. El cumplimiento general del juramento de Dios a Abraham estaba fuera de toda duda, porque Dios juró por el más alto poder posible cumplirlo, sin embargo, la bendición especial de cada uno de sus descendientes físicos depende, en cierto grado, no solo de su fe, sino de su fidelidad. .

Este es el gran rasgo distintivo, que la hunde muy por debajo de la gracia que se nos prodiga a nosotros, pecadores de las naciones. No necesitamos esta ancla del alma, por lo que se extiende sólo a los que pertenecen a Abraham por lazos de la carne.

1 Melquisedec es notable principalmente por lo que no se registra de él. No hay razón para creer que él era, personalmente, el personaje místico y milagroso que es suyo como imagen del sacerdocio de Cristo. Sin duda, era un hombre como los demás hombres, porque Dios tenía algunos entre las naciones que habían llegado a tener una estrecha relación con su Creador. El sacerdocio de Melquisedec debe estudiarse en sus contrastes con el sacerdocio de Aarónico.

Su mayor diferencia radica en que combina el oficio de rey con el de sacerdote. Esta es la forma ideal. Fue solo por el fracaso de Moisés que a Aarón se le dio una participación en su oficio de mediador. Es el propósito de Dios que la nación de Israel sea un reino de sacerdotes (Exo_19:6), un sacerdocio real (1Pe_2:8). Gobernarán las naciones para Dios y traerán las ofrendas de las naciones a Dios.

Por lo tanto, corresponde a su Cabeza ser tanto Sacerdote como Rey. El otro gran punto de disimilitud radica en la cuestión de la sucesión. La continuación del sacerdocio aarónico se hizo una cuestión de descendencia, y nada era tan vital para un sacerdote como su genealogía. Debe ser capaz de contarle a su padre ya su madre y rastrear su linaje hasta Aarón o ni siquiera podría ser un sacerdote. Y debe proveer para esta sucesión casándose dentro de la casta sacerdotal.

En notable contraste con esto, no tenemos ninguna genealogía registrada de Melquisedec, ninguna mención de padre o madre, y ninguna sucesión, porque su muerte está cuidadosamente excluida del vistazo fugaz que tenemos de él en las páginas de inspiración. Estas omisiones son intencionales, porque solo así su sacerdocio puede representar el sacerdocio de Cristo, quien no requiere una genealogía o un sucesor.

2 El escritor fija nuestra atención en el significado y la secuencia de estos títulos. La justicia debe sustentar la paz en la obra sacerdotal de Cristo como en otros lugares (Sal. 72:3; Sal. 85:10; Isa. 32:17; Isa. 9:4). Así también la justificación es el fundamento del favor infinitamente mayor de la paz (Rom_5:1).

3 El sacerdocio de Aarónico fue una rutina que nunca cumplió su objetivo. El sacerdocio de Melquisedec de Cristo dura durante el milenio, y cumple su propósito, porque ningún sacerdote es necesario en la nueva creación (Ap_22:22), cuando Dios mora con la humanidad (Ap_21:3).

4 Como prueba adicional de la superioridad del sacerdocio de Melquisedec, nuestra atención se dirige al diezmo, que, en Israel, era la porción especial de los levitas. Abraham mismo, el progenitor de la nación, en realidad pagó diezmos a este sacerdote, y en él, todo el sacerdocio levítico pagó diezmos a otro orden superior. Y esto no es todo, porque Melquisedec bendijo a Abraham, y así concedió su bendición a la sucesión levítica. Esto solo muestra que su orden es claramente superior a la de Aarón.

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