Y estas cosas os harán, porque no han conocido al Padre ni a Mí. No dice esto para excusar a los perseguidores, sino para consolar a los Apóstoles. “La razón por la cual judíos y gentiles os perseguirán, diría Él, es porque se niegan a reconocerme como el Hijo de Dios Padre, aunque establecido por innumerables milagros. Y por lo tanto, su ignorancia solo agrava su culpa.

Pero os será un consuelo en vuestras persecuciones, que me conocéis a Mí ya Mi Padre, y estáis sufriendo por nosotros dos. Porque si es glorioso morir por la patria, mucho más glorioso es morir por Dios.” Así S. Agustín. S. Crisóstomo añade esto: “Si un príncipe o su embajador entra en una ciudad, desatendido y por lo tanto desconocido, y es tratado con indignidad, poco le importa, porque cuando llegue su séquito, se dará a conocer y avergonzará a los que se burlaron de él".

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