Y alzaron la voz. Gritaron en voz alta, porque estaban lejos. La voz era una y procedía de todos: “Jesús, Maestro, ten piedad de nosotros y líbranos de esta grave e incurable enfermedad. Maestro aquí no significa tanto maestro como Señor, alguien que dirige a sus sirvientes y les dice sus deseos. El griego es ch ata rápidamente todos los pecados; que pasen a las filas de los fieles, para que no sean reprendidos por la justicia de aquellos a quienes no imitan en la justificación; que se guarden del juicio futuro, no sea que sean condenados con el príncipe de este mundo a quien imitan”.

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Antiguo Testamento