Esta visita indica un cambio completo en las relaciones que hasta ahora hemos encontrado subsistir entre los reinos de Israel y Judá. El peligro común al que los dos reinos estaban expuestos por el creciente poder de Siria probablemente los había inducido a olvidar sus diferencias. El hijo mayor de Josafat, Joram, estaba casado con Atalía, la hija de Acab, pero aparentemente el vínculo entre las dos familias no había llevado a una intimidad muy cercana, mucho menos a expediciones militares conjuntas. Parece que Josafat no participó en las antiguas guerras sirias de Acab, ni se unió a la gran liga contra los asirios (1 Reyes 22:1 nota). Su visita ahora fue probablemente de mera amistad, sin ningún objeto político. Acab, sin embargo, convirtió la visita en una ventaja política. Desde este momento hasta el desplazamiento de la dinastía de Acab por Jehú, subsistieron relaciones muy íntimas entre los dos reinos (1 Reyes 22:49; 2 Reyes 3:7; 2 Reyes 8:28; 2 Crónicas 20:36, etc.).

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