Ahimaaz llamó - Esto marca la prisa ansiosa con la que, antes de llegar al rey, gritó la concisa palabra decisiva de buenas noticias, "¡Shalom!" ¡Paz!

Ha entregado - Vea el margen. La figura parece ser la de confinar a una persona dentro del poder de su enemigo, en oposición a "darle su libertad" "en una habitación grande", para que trabaje con la travesura que le plazca.

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