Joab, después de detener la persecución, pasó la noche con su ejército en el campo de batalla; a la mañana siguiente enumeró a los desaparecidos y enterró a los muertos; llevaron el cuerpo de Asahel a Belén y lo enterraron allí, y luego se unieron a David en Hebrón. Hebrón estaría a unas 14 millas de Belén, o unas cinco horas de marcha.

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