Porque su poder está en su boca - Es decir, como se describe en el fuego, el humo y el azufre que salieron de sus bocas. Lo que sorprendió al vidente al observar el símbolo fue que esta inmensa destrucción parecía salir de sus bocas. No era que pisotearan a sus enemigos; ni que los destruyeron con la espada, el arco o la lanza: era un poder nuevo y notable en la guerra, en el que la destrucción parecía proceder del fuego, el humo y el azufre que salía de las bocas de los caballos.

Y en sus colas - Las colas de los caballos. Esto, por supuesto, era algo inusual y notable en los caballos, porque naturalmente no tienen poder allí. Se puede decir que el poder de un pez, o un escorpión, o una avispa, está en sus colas, por su fuerza o sus medios de defensa o lesión están ahí; pero nunca pensamos en hablar así de caballos. No es necesario, en la interpretación de esto, suponer que la referencia es literalmente a las colas de los caballos, más que suponer que el humo, el fuego y el azufre literalmente salieron de sus bocas. John describe las cosas tal como se le aparecieron al mirarlas desde una distancia considerable. De sus bocas, los caballos arrojaban fuego, humo y azufre, e incluso sus colas parecían estar armadas para la obra de la muerte.

Porque sus colas eran como serpientes - No como las colas de las serpientes, sino como las serpientes mismas.

Y tenía cabezas - Es decir, había algo notable en la posición y apariencia de sus cabezas. Todas las serpientes, por supuesto, tienen cabezas; pero John vio algo inusual en esto, o algo tan único en sus cabezas como para atraer especial atención. Parecería más probable que las cabezas de estas serpientes parecieran extenderse en todas direcciones, como si los pelos de las colas de los caballos se hubieran convertido en serpientes, presentando una imagen muy temerosa y destructiva. Quizás pueda ilustrar esto suponer que hay una referencia a la Amphisbaena, o serpiente de dos cabezas. Se dice de este reptil que su cola se asemeja a una cabeza, y que con esto arroja su veneno (Lucan, vol. Ix. P. 179; Pliny’s Hist. Nat. Vol. Viii. P. 35). Realmente tiene solo una cabeza, pero su cola tiene la apariencia de una cabeza, y tiene el poder de moverse en cualquier dirección en un grado limitado. Si suponemos que estas serpientes se aferran a la cola de un caballo, la apariencia de las cabezas sería muy prominente y notable. La imagen es la del poder de la destrucción. Parecían serpientes feas y venenosas en lugar de colas.

Y con ellos hacen daño - No es la lesión principal, pero tienen el poder de infligir alguna lesión por ellos.

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