Hermón, el punto culminante y meridional de la cordillera del Líbano, fue también el centro religioso de la Siria primigenia. Sus santuarios de Baal no solo existían sino que le dieron un nombre antes del Éxodo. De ahí la cuidadosa especificación de los diversos nombres por los que se conocía a la montaña. El nombre sidonio de la misma podría fácilmente haber llegado a ser conocido por Moisés a través del tráfico constante que había tenido lugar desde los tiempos más antiguos entre Sidón y Egipto.

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