Las expresiones en este versículo son especiales y enfáticas. “Un nuevo rey” es una frase que no se encuentra en ninguna otra parte. La mayoría de los comentaristas entienden que implica que no sucedió a su predecesor en el orden natural de descendencia y herencia. Él “se levantó sobre Egipto”, ocupando la tierra, al parecer, en términos diferentes del rey cuyo lugar tomó, ya sea por usurpación o conquista. El hecho de que no conociera a José implica una completa separación de las tradiciones del Bajo Egipto.

En la actualidad, la mayoría de los eruditos egipcios identifican a este faraón con Ramsés II, pero todas las condiciones de la narración se cumplen en la persona de Amosis I (o Aahmes), el jefe de la XVIII Dinastía. Era descendiente de los antiguos soberanos tebanos, pero su familia era tributaria de la Dinastía de los Pastores, los hicsos de Manetón, que entonces gobernaban el norte de Egipto. Amosis se casó con una princesa etíope y en el tercer año de su reinado capturó Avaris, o Zoan, la capital de los hicsos, y completó la expulsión de esa raza.

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