El autor de este salmo, a partir del anterior, es desconocido, e igualmente con eso es imposible determinar el momento o la ocasión de su composición. Es un salmo de la misma estructura que esa, con el mismo número de versos; así, es alfabético en su forma, y ​​está compuesto de la misma manera: los primeros ocho versículos con dos cláusulas cada uno, comenzando con letras sucesivas del alfabeto hebreo, y los dos últimos versículos con "tres" cláusulas, comenzando de manera similar. manera, con tres letras del alfabeto en sucesión. Esta peculiaridad de la estructura hace que sea muy probable que haya sido compuesta por el mismo autor.

Además, debe notarse que este salmo "comienza" donde el otro "termina", con la felicidad o la bendición de "temer a Dios", y está diseñado para exponer esa bendición, o para mostrar cuáles son las ventajas de la verdadera religión. Este hecho hace aún más probable que los dos salmos fueron compuestos por el mismo autor.

Este salmo es muy simple en su estructura. Establece las ventajas o beneficios del temor del Señor, o de la religión con respecto

(a) a la posteridad del hombre, Salmo 112:2;

(b) al asegurar la riqueza, Salmo 112:3;

(c) en la luz que brota en la oscuridad, Salmo 112:4;

(d) a discreción con la cual dicho hombre está capacitado para administrar sus asuntos, Salmo 112:5;

(e) en la firmeza y compostura de su mente en tiempos de peligro y problemas, Salmo 112:6;

(f) por ser tan próspero y tan exaltado, que se convertirá en un objeto de envidia para los malvados, Salmo 112:9-1.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad