No recuerdes los pecados de mi juventud - En fuerte contraste con Dios, el salmista presenta su propia conducta y vida. Podría pedirle a Dios Salmo 25:6 que recuerde sus propios actos, lo que "Él mismo" había hecho; pero no podía pedirle que recordara su conducta, su vida pasada. Solo podía rezar para que esto se olvidara. No deseaba que fuera un recuerdo ante Dios; no podía pedir que Dios tratara con él de acuerdo con eso. Reza, por lo tanto, para que no pueda ser visitado a medida que avanza en la vida con los frutos de su conducta en los primeros años, pero que todas las ofensas de ese período de su vida puedan ser perdonadas y olvidadas. ¿Quién está allí que no puede unirse a esta oración con un sentimiento profundo? ¿Quién está allí que ha alcanzado el período de la vida media o avanzada, quién estaría dispuesto a que las locuras de su juventud, los planes y pensamientos y los deseos de sus primeros años vuelvan a ser recordados? ¿Quién estaría dispuesto a recordar en su propia mente, o dar a conocer a sus amigos, a la sociedad que lo rodea, o a los mundos reunidos, los pensamientos, los propósitos, los deseos, las "imaginaciones" de sus días de juventud? ¿Quién se atrevería a rezar para que sea tratado en los años avanzados como trató a Dios en sus primeros años de vida? No, ¿quién se aventuraría a rezar para que Dios lo tratara en el día del juicio como había tratado a los amigos de su infancia, incluso al padre que lo engendró, o la madre que lo parió? Nuestra esperanza con respecto al favor de Dios es que "no" convocará los pensamientos y los propósitos de nuestros primeros años; que "no" nos tratará como si los recordara; pero que nos tratará como si fueran olvidados.

Ni mis transgresiones - Los pecados de mis primeros años.

Según tu misericordia, acuérdate de mí - Trata conmigo, no de acuerdo con la justicia estricta, sino de acuerdo con la misericordia. Trata conmigo de acuerdo a tu naturaleza y carácter; pero que el atributo de la misericordia sea lo que será la guía más que el atributo de la justicia.

Por el bien de tu bondad - Para que tu bondad o benevolencia se muestre y honre, no principalmente y principalmente para que yo pueda ser salvo, sino para que tu carácter pueda ser visto como bueno y misericordioso.

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