Hiciste que se oyera juicio desde los cielos - Parecía venir del cielo; fue manifiestamente de ti. El derrocamiento de estos enemigos de tu pueblo fue un juicio manifiesto de ti, y debe ser considerado así.

La tierra temía - El mundo mismo parecía escuchar la voz de Dios y quedar asombrado.

Y todavía estaba - Parecía estar profundamente atento a lo que Dios dijo, y como si escuchara su voz con reverencia. No es raro en las Escrituras representar a la tierra - las colinas, las montañas, los arroyos, los ríos, las llanuras - como conscientes de la presencia de Dios; como regocijo o temblor en su voz. Compare Salmo 65:12; Salmo 114:3; Habacuc 3:8.

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