Todo este capítulo es una continuación de la digresión en la que el apóstol había entrado ocasionalmente en el versículo 11 del capítulo anterior. Porque al considerar la grandeza del misterio y la dificultad de la doctrina en la que diseñó instruir a estos hebreos, y su temor de su discapacidad o falta de preparación (al menos de algunos) para recibirla de la manera debida para su edificación, se involucra en un nuevo discurso, lleno de razones y argumentos para excitarlos a una asistencia diligente. Y así lo hace, como en las últimas palabras de este capítulo para volver, por una conexión artificial de su discurso, a lo que había afirmado en el versículo 10 de lo anterior.

Hay cuatro partes generales de este capítulo:

1.La proposiciónde lo que pretendía hacer, o el discurso concerniente; con una oposición a lo que él debía ser omitido, Hebreos 6:1-3.

2. Unaexcitaciónde los hebreos a singular diligencia en atender a las doctrinas más perfectas del cristianismo, y hacer un progreso en el conocimiento de Cristo. Y esto lo hace desde la consideración de la grandeza del pecado y lo inevitable de la destrucción de los apóstatas. Porque esta clase de personas surgen comúnmente de entre los que, habiendo recibido la verdad, y hecho una profesión de ella, no se esfuerzan diligentemente por progresar hacia la perfección, de acuerdo con su deber, Hebreos 6:4-8.

3.Una atenificación de la severidad de esta conminacióncon respecto a su aplicación a estos hebreos. Porque él expresa su esperanza de que no les pertenezca así, o que el pecado condenado no se encuentre en ellos, ni el castigo amenazado caiga sobre ellos. Pero la advertencia misma contenida en la conminación era, como él muestra, buena, sana y oportuna. Y de esto su esperanza y juicio concerniente a los hebreos expresa sus fundamentos, tomados de la justicia de Dios, su propia fe y amor; en la cual ora que perseveren, Hebreos 6:9-12.

4.Un estímulo para la fe y la perseverancia, del ejemplo deAbraham, quien primero recibió las promesas; de la naturaleza de laspromesasmismas, y su confirmación por eljuramentode Dios, con la ayuda que podamos tener por nuestra esperanza en Cristo hasta ello, Hebreos 6:13-20; cuyo último discurso emite en el asunto principal en el que pretendía insistir, al que ahora regresa de nuevo, habiendo divagado necesariamente en esas exhortaciones y argumentos de la primera propuesta del mismo en el versículo 11 del capítulo anterior.

En la primera parte del capítulo, comprendida en los primeros tres versículos, hay tres cosas considerables:

1.Una proposicióngeneral de la resolución del apóstol de proceder a las doctrinas más perfectas del evangelio, como también de su paso por encima de los primeros principios del cristianismo, Hebreos 6:1.

2. Unaampliaciónde esta proposición, por una enumeración de aquellas doctrinas que él pensaba que en la actualidad pasaban por el manejo de Hebreos 6:1-2.

3.Una renovaciónde su resolución para seguir su proposición, con una sumisión a la voluntad y buena voluntad de Dios en cuanto a la ejecución de su propósito; la expresión de la cual el estado actual de estos hebreos lo llamó peculiarmente, Hebreos 6:3.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad

Antiguo Testamento

Nuevo Testamento