Juan 9:30-33 . Respondió el hombre y les dijo: Pues aquí está la cosa maravillosa, que no sepáis de dónde es, y sin embargo me abrió los ojos. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores; pero si alguno es adorador de Dios, y hace su voluntad, a ése oye. Desde el principio del mundo no se oyó que alguno abriera los ojos de un hombre que nació ciego.

Si este hombre no fuera de Dios, nada podría hacer. Aquí radica la verdadera maravilla, que aun vosotros , (1) sabiendo que ningún hombre recibe poder para hacer ningún milagro a menos que sea un adorador de Dios y uno que hace Su voluntad; y (2) teniendo prueba de que este hombre ha hecho un milagro, sí, y tal milagro como nunca antes se ha hecho, no verá la conclusión que debe seguir, a saber, que este hombre hace la voluntad de Dios, que él es ningún pecador, sino que viene de Dios (ver la nota sobre Juan 9:16 ).

El hombre ha asumido el oficio de maestro y ha enseñado de tal manera que no tienen ningún argumento en contra que ofrecer; 'los sabios son tomados en su propia astucia' ( Job 5:13 ).

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