Las palabras que me diste ; las instrucciones que se le encargó impartir. La recepción de las doctrinas reveladas, y el cumplimiento de los deberes requeridos por Jesucristo, son evidencias de que somos dados a él por el Padre; aumentan nuestro conocimiento de él y el amor a él como Salvador, y despiertan expectativas que no serán defraudadas, de morar con él para siempre.

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Antiguo Testamento