Una red echada al mar ; el mar es el mundo, y la red es el evangelio con sus ministros y ordenanzas. Esta parábola tiene una estrecha relación con la de la cizaña en el campo. Muestra la mezcla de bien y mal que siempre existirá en la iglesia visible en la tierra. No debemos desanimarnos por la mezcla del mal con el bien en la iglesia de Dios; porque siempre ha sido así, y será así hasta el fin de los tiempos.

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