Desde los días de Manasés, el Señor no había castigado al pueblo con sus pecados. Ese período de descanso fue como el invierno. El Señor ahora se está despertando; pero no solo para castigar, sino también para salvar. Mediante las reformas de Josías y el ministerio de Jeremías, la religión se mantendrá viva en un remanente, a saber. los llevados a Babilonia, y así finalmente se producirá el regreso.

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