Balaam

Los israelitas ahora entran en la última etapa de su viaje a Canaán. Están a la vista de la tierra prometida, ya que están acampados en el extremo norte del Mar Muerto, cerca de la desembocadura del Jordán. Hasta este punto, han superado todos los obstáculos y conquistado a las tribus del lado este del río. Pero ahora, al final del viaje, se enfrentan a un peligro más grave. Balac, rey de Moab, al descubrir que no puede prevalecer contra ellos con armas carnales, recurre a las artes mágicas, esperando de esta manera destruirlos. Él envía al Éufrates para que el famoso mago Balaam venga y 'maldiga a Israel'. Como muestra la secuela, todo es en vano. Ni siquiera los poderes de las tinieblas pueden detener la marcha victoriosa del pueblo de Jehová. Todo el incidente está diseñado para mostrar que Israel por la gracia de Dios es prueba, no solo contra la espada del enemigo, sino también contra los poderes malignos del mundo invisible. No hay encantamiento contra Israel. Dios está a favor de ellos y nada puede contra ellos. Son capaces de luchar, no solo contra sangre y carne, sino también contra la maldad espiritual en los lugares altos.

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