Dios ayudó a los levitas no solo los preservó de cometer ningún error, de modo que no se les infligió ninguna plaga como le había sucedido a Uza, sino que les dio fuerzas para llevar su carga y los animó en su trabajo con alguna señal cómoda de su presencia con ellos, y aprobación de ellos.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad