Si tu pueblo sale a la batalla por una causa justa, y por tu orden y comisión. Este es el siguiente caso recomendado por Salomón al favor divino. Dondequiera que los envíes. Esto implica que era ilegal para ellos emprender cualquier guerra simplemente para su propio placer o beneficio, o la satisfacción de sus propios deseos mundanos o ambiciosos; o ampliar su imperio más allá de sus límites debidos; y que no podían, con buena conciencia, orar a Dios por su bendición en tal guerra. Y orará al Señor, mediante el cual les instruya que no deben confiar ni en la fuerza ni en la justicia de sus brazos, sino solo en la ayuda y bendición de Dios, por las cuales debían orar. Hacia la ciudad que has elegidoPara tu morada y la sede de tu templo. Hacia la casa que he edificado Porque hacia ella volverían sus rostros en oración; profesarse adoradores del Dios verdadero, en oposición a los ídolos; y para fortalecer su fe en las promesas y el pacto de Dios, cuyas tablas estaban contenidas en esa casa. Los soldados en el campo no deben pensar lo suficiente que otros recen por ellos; deben orar por ellos mismos; y aquí se les anima a esperar una respuesta amable. La oración siempre debe acompañar a la lucha. Mantener su causa Declarar la justicia de su causa dándoles la victoria.

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