Allí hicieron rey a Saúl y lo aceptaron como rey. Saúl había sido ungido en Ramá y elegido por suerte en Mizpa; pero todavía algunos desdeñaban reconocerlo como su rey, lo que lo hacía contentarse por un tiempo con una vida privada. Pero ahora, después de esta señal de la presencia de Dios con él, en la victoria tardía, fue, de común acuerdo, recibido por todo el pueblo por su rey. Ante el Señor No ante el arca, símbolo de la presencia de Dios, como a veces significa la expresión; porque el arca estaba ahora en Quiriat-jearim, y no en Gilgal; pero de manera solemne, como en la presencia de Dios, apelando a él como testigo de su sinceridad en esta transacción, y con solemnes sacrificios y oraciones para que la bendiga.

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