El Señor envió truenos y lluvia ¡ Tal era el poder y el favor con Dios que este hombre de Dios poseía! Por medio de este trueno y lluvia, Dios les mostró su insensatez al desear que un rey los salvara, en lugar de Dios o Samuel, esperando más de un brazo de carne que del brazo de Dios, o del poder de la oración. ¿Podría su rey tronar con una voz como la de Dios? ¿Podría su príncipe comandar fuerzas como el profeta con sus oraciones? Asimismo, da a entender que, por muy serena que fuera su condición ahora (como el tiempo en la cosecha de trigo), si Dios quisiera, pronto podría cambiar la faz de los cielos y perseguirlos con sus tormentas.

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