David escapó y fue a Samuel en busca de consuelo y dirección en su angustia y seguridad, suponiendo que Saúl se avergonzaría de ejecutar sus sangrientos designios en presencia de una persona tan venerable como Samuel. Y le contó todo lo que Saúl le había hecho, lo cual, aunque alivió la mente de David en medio de su angustia y angustia, no pudo sino entristecer en gran manera la mente de Samuel al enterarse de lo bajo que había caído Saúl. Él y Samuel fueron y vivieron en Naiot o, como lo traduce el caldeo, la escuela de la enseñanza. Esta era la famosa escuela o colegio de los profetas, que se dedicaba al estudio de la ley judía y era en todos los aspectos un seminario religioso.

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