No hay santo como el Señor. Ninguno es tan perfecto, inmutable y constantemente santo. Nadie más No sólo nadie es tan santo como tú, sino que en verdad no hay santo fuera de ti; es decir, de forma total o independiente, pero sólo por participación tuya. Cualquier roca Tú solo eres una defensa segura y refugio para todos los que huyen hacia ti.

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