Y Ana oró y dijo, en una exaltación de espíritu provocada por el Espíritu Santo: Mi corazón se regocija en el Señor, mi cuerno está exaltado en el Señor, dicho de valor vigoroso y conciencia de poder; ensanchada está mi boca sobre mis enemigos, abierta ampliamente para alabar la salvación del Señor ; porque me regocijo en tu salvación, en la misericordia que Jehová le había mostrado.

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