La canción de Hannah es un salmo profético. Es poesia. Y es profecía. Ocupa su lugar junto a las canciones de Miriam, Débora y la Virgen María, así como las de Moisés, David, Ezequías y otros salmistas y profetas cuyas odas inspiradas se han conservado en la Biblia. La característica especial que tienen en común estas canciones es que, como resultado de incidentes en la vida de las personas que las compusieron y en su primera concepción, se ramifican en magníficas descripciones del Reino y la gloria de Cristo, y triunfos de la Iglesia, de los cuales esos incidentes fueron diseñados providencialmente para ser los tipos. La percepción de esto es esencial para comprender la canción de Hannah. Compare las referencias marginales en todas partes.

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