Si el Señor te ha incitado contra mí, si por el espíritu maligno que ha enviado, o por su secreta providencia, ha dirigido tu ira contra mí para castigo de tus pecados o de mis pecados; que acepte una ofrenda. Ofrezcámosle un sacrificio para aplacar su ira contra nosotros. Me han echado de la tierra que Dios ha dado a su pueblo por heredad, y donde ha establecido su presencia y adoración. Decir: Ve, sirve a otros dioses. Este era el lenguaje de sus acciones. Porque al expulsarlo de la tierra de Dios y del lugar de su adoración a tierras extranjeras e idólatras, lo exponían al peligro de ser atrapado por sus consejos o ejemplos, o forzado por su poder a adorar ídolos.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad