Cuando el rey hubo escuchado las palabras, se rasgó la ropa. Si las cosas contenidas en las Escrituras eran nuevas para nosotros, como lo fueron aquí para Josías, seguramente dejarían impresiones más profundas en nosotros de lo que suelen hacer. Pero no son los que menos pesan y, por lo tanto, no deberían ser menos considerados, porque son bien conocidos.

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