Porque de Judá saldrá un remanente. Ese puñado de judíos que ahora estaban reunidos y encerrados en Jerusalén, saldría a sus diversas habitaciones y, por la bendición singular de Dios, aumentaría en gran manera. El celo del Señor hará esto. Aunque, cuando reflexionan sobre sí mismos y consideran su escasez y debilidad actuales, o su gran indignidad, esto puede parecer una bendición demasiado grande para que la esperen; sin embargo, Dios lo hará por el celo que tiene, tanto por su propio nombre como por el bien de su pueblo que no lo merece.

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