El rey dijo: ¿Qué te pasa? ¿Hay algo singular en tu caso? ¿Te va peor que a tus vecinos? De verdad que sí: ella y una de sus vecinas habían hecho un bárbaro acuerdo, que, fallando todas las provisiones, debían hervir y comerse primero a su hijo, y luego al de su vecino: el de ella se comió, (¿quién puede pensarlo sin horror?) y ahora su vecina escondió la suya. Esta impactante historia es un efecto terrible de la venganza divina, que Moisés, unos seiscientos años antes, había advertido a los israelitas que caerían sobre ellos en caso de su apostasía y rebelión contra Dios; como el lector puede ver en los pasajes a los que se hace referencia al margen. La misma terrible calamidad les sucedió en otras dos ocasiones además de esta; en el sitio de Jerusalén, bajo Nabucodonosor, Lamentaciones 2:20 ;Ezequiel 5:10 ; y eso bajo Titus. Véase Joseph., Jewish War , lib. 7, c. 10.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad