Como agradecimiento a Dios por su bondad, sacrificó bueyes y animales cebados sobre un altar erigido a propósito en esta extraordinaria ocasión. Y David bailó ante el Señor. Su gozo aumentó a medida que avanzaba alegremente la procesión. Y Dios, habiendo llenado su corazón de alegría, no se avergonzó de mostrarlo y de expresarle su agradecimiento por su carruaje exterior, según la manera de aquellos tiempos; cantando y gritando, saltando y danzando delante del Señor, según las diversas medidas de la música inspiradas y dirigidas, hasta que llegó al tabernáculo y fijó el arca en su lugar. Ceñido con un efod de linoEl hábito habitual de los sacerdotes y levitas en sus sagradas ministraciones, aunque a veces usado por otros, como lo fue por el niño Samuel; y así aquí por David, quien se despojó de sus vestiduras reales y se puso esta vestidura, para declarar que aunque era rey de Israel, sin embargo, de buena gana se reconocía a sí mismo como ministro y siervo del Señor.

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