El corazón del sabio está a su diestra. Su entendimiento o sabiduría está siempre presente con él y listo para dirigirlo en todas sus acciones. Maneja todos sus asuntos con prudencia y piedad. Menciona la mano derecha porque es el instrumento de acción común. Pero el corazón de un necio está a su izquierda. Su entendimiento y conocimiento sólo le sirven para la vana especulación y la vana ostentación, pero no es útil ni eficaz para gobernar sus afectos y acciones.

Sí también, cuando anda por el camino, no sólo en las grandes empresas, sino en su conversación diaria; le falta sabiduría En hebreo, לבו חסר, le falta el corazón; actúa de manera absurda y tonta, como si no tuviera corazón. Él dice , etc. Descubre su locura a todos los que se encuentran con él o conversan con él.

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