Confiesa al Señor; y haced su voluntad. Os habéis agradado pecaminosamente, ahora agrada a Dios, con la obediencia a su mandato. Y apartaos de vuestras extrañas esposas. No habiendo aquí ninguna mención de dejar a sus hijos, sino sólo a sus esposas, algunos han pensado que ellos se quedaron con sus hijos y, por la circuncisión, los dedicaron a Dios. Porque, aunque Secanías propuso dejarlos, no parece improbable que Esdras, a quien se remitió el asunto, cuando llegó a ordenar lo que realmente debería hacerse, mitigó la severidad de la propuesta. Como has dicho, así debemos hacer. No vieron otro remedio y se sometieron a lo que él requería.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad