Cuando Moisés creció, salió a sus hermanos y miró sus cargas como alguien que no solo los compadecía, sino que estaba resuelto a aventurarse con ellos y por ellos. Mató al egipcio. Probablemente fue uno de los capataces egipcios, a quien encontró abusando de su esclavo hebreo. Por orden especial del Cielo (que no tiene precedentes en los casos ordinarios) Moisés mató al egipcio y rescató a su hermano oprimido. La tradición de los judíos es que él no lo mató con ningún arma, sino, como Pedro mató a Ananías y Safira, con la palabra de su boca.

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