Oh, este pueblo ha cometido un gran pecado que Dios le había dicho primero ( Éxodo 32:7 ) y ahora se lo dice a Dios, a modo de lamentación. Él no los llama pueblo de Dios, sabía que eran indignos de ser llamados así, pero este pueblo. A este pueblo traicionero e ingrato, lo han convertido en dioses de oro.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad