Hasta que llegué a mi señor, al monte Seir. Como no se hace mención de ello, muchos escritores piensan que, por algunas razones, Jacob nunca fue al monte Seir para ver a Esaú. Ciertamente, es muy dudoso que alguna vez lo haya hecho. Sin embargo, no se puede suponer que se demoraría tanto como el tiempo mencionado en el capítulo veinticinco antes de ir a ver a su padre.

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